El dolor de una madre que mantiene la fe y la esperanza de hallar a Ronan

Desde la tarde del día 23 de noviembre del pasado año, los familiares del joven prefecto clorindense Ronan Martínez Maidana viven un verdadero calvario después de su desaparición en aguas del Río de la Plata, en la zona de Punta Lara.

Según relataron otros dos marinos que lo acompañaban, estaban a bordo de un pequeño kayak que zozobró por el oleaje, haciendo que los tres ocupantes cayeran al río. El clorindense nunca más fue visto después de ese naufragio.

Desde antes de las festividades de Navidad y Año Nuevo, la madre del joven prefecto de 27 años está en la zona de la desaparición, apoyada por sus familiares y amigos de Clorinda que la animan a no rendirse en su lucha por esclarecer las circunstancias del hecho, y en todo caso hallar el cuerpo de su hijo.

Demostrando su fortaleza inclaudicable, en su última publicación en redes sociales Mirta Maidana escribió lo siguiente: “Hola hijo, ¿dónde estás, que no te pueden encontrar? Sabes que cada día que pasa te extraño de la manera más callada que pueda existir, te extraño en silencio porque capaz nadie entiende cómo realmente me siento desde que no estás. Cierro mis ojos para poder ver tu rostro sonreír, y que me digas mamá aquí estoy, solo quiero que sepas que te estaré esperando y que sacaré fuerza de donde sea, porque tengo mucha fe en nuestro Señor Dios Padre Todopoderoso y en la Santísima Madre Virgen María”.

“Ellos me mantendrán de pie para seguir en la lucha hasta que te pueda volver a tener en mis brazos hijo mío. Solo quiero que donde estés, Dios te cuide y te guarde. Todavía hijo no puedo entender lo que pasó, tengo tantas preguntas sin respuestas, que solo Dios sabe que fue lo que sucedió en esa tarde del 23 de noviembre; ese día que mi vida y la tuya cambió por completo, ese día que no se por qué no me llamaste, para despedirte y decirme de tus planes”, agregó la mujer.

“Sólo Dios tendrá esa respuesta, cada día que pasa es una eternidad para mí, pero también entiendo que los tiempos de Dios son perfectos y Él sabrá cuando te devolverá a mis brazos. No me resigno ni me resignare jamás. Te seguiré esperando hijo de mi vida…”, concluye el emotivo mensaje.